Arrancó, Diego, como si hubiese preparado su discurso para pelear. Para pelear, primero, contra los micrófonos. Se iría tranquilizando luego, ya fuera de la sala de conferencia. Pero de entrada nomás, se mostró desafiante, buscando contraatacar el segundo cachetazo en cinco días. "Todavía no estamos afuera del Mundial", se plantó. Quiso, a partir de ahí, mostrarse entero de cuerpo y alma ("Juro por mis hijas que lo estoy", diría, todo un clásico). Hasta quiso torear. "No le tengo miedo a las críticas ni a nadie. Hago mi trabajo, tengo mi equipo, voy a seguir siendo el DT de la Selección. Ya hablé con Grondona. Vos no entendiste (por el periodista que preguntó) que desde los 15 años los vengo peleando. Hoy tengo 48 y los voy a seguir peleando. La calesita gira, cuando Argentina se clasifique los mismos panqueques van a querer hacerme una nota. Y los voy a parar con los tapones de punta", bramó.
Fue el momento en el que desvió el foco. "No me van a quebrar. Mientras tenga una gota de sangre, lucharé para que Argentina se clasifique. No me entran las críticas, no tienen huevos para entrarme", insistió, como si enfrente estuviera el rival a vencer. No era Perú, claro. Eran periodistas. Y argentinos...
Pero en esos vaivenes bien maradonianos, el técnico por momentos llegó a un piso. "No me imaginaba estar así, sino más arriba. Pero tenemos alguna chance todavía y nos aferraremos a ella", pareció decir ahí, como quien se agarra de la esperanza por no perderla. Distinto, bien distinto, a lo que expuso antes de subir al micro. Ahí sí fue contundente, directo, el mismo Diego peleador, pero con el adversario real. "No sé cómo, pero los argentinos iremos al Mundial. No tengo dudas", tiró. Y se embaló. "Acá no murió nadie. Acuérdense de que en el 93 fuimos a Australia, viajamos 24 horas para buscar el pasaje a un Mundial y por ahora no tenemos que viajar a ningún lado. Y en el 85, contra Perú, casi quedamos afuera y después nos volvimos con la gloria", dijo.
Sin explicar demasiado, evitó las excusas. Tiró frases que, a pesar del golpe, respetaron su sello. "Haedo parecía el mejor Messi de todos los tiempos". Justo a Leo fue al que más defendió: "Con lo poco que pudo hacer, hay que apoyarlo. No hay que echarle la culpa". Y por último, para lo que viene, dejó un mensaje reformista: "Hay que armar el rompecabezas, hay jugadores para salir. Los de Argentina sirven. Quizá nos clasifiquemos al Mundial con los de acá mezclados con los de allá". ¿Será el anticipo de un nuevo equipo para evitar un papelón mayor?
Numa tarde de Maio de 1991, 18 jovens, cada um com uma placa na mão, com uma letra impressa, apresentaram-se no relvado do Estádio Nacional, no intervalo da Final da Taça de Portugal. Juntas as 18 letras, formou-se esta frase. Luís Figo, Rui Costa, João V.Pinto, Jorge Costa, Rui Bento, Brassard, Peixe, entre outros, eram os jogadores que formavam esse grupo. Semanas depois, em Lisboa, mas no Estádio da Luz, perante 127.000 espectadores, tornaram-se Campeões do Mundo Sub/20.
sexta-feira, setembro 11, 2009
Argentina ao rubro
"No le tengo miedo a nadie"
ccarpaneto@ole.com.arEstá ao rubro o futebol argentino. Maradona está cercado por críticas. Vamos a ver se surge a "Mão de Deus".
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