Qué noche la de anoche!
Fue una linda despedida de 'nuestro' Mundial Sub-20, la que anoche vivimos en Bogotá.
Se acabó con dos partidos interesantes, entretenidos y con su alta dosis de drama. Fue una linda despedida con un estadio El Campín tripulado por 36.058 hinchas felices y gozones, los que anoche hicieron por décima vez, en 23 días, un carnaval de fútbol, 'olas', vuvuzelas, caras pintadas, pelucas, camisetas amarillas, bailes y cánticos... No importó la lluvia ni el frío: lo que importaba era disfrutar de esta fiesta inolvidable.
Anoche, Bogotá despidió a nombre de todo el país, a nombre de Barranquilla, Medellín, Cali, Cartagena, Armenia, Pereira y Manizales, este jolgorio de tres semanas imborrables en nuestra historia.
Fue una noche en la que el estadio vibró orgulloso con la ceremonia de clausura, limpiecita, con perfume internacional y sabor a guayaba y arequipe; una ceremonia simple, pero bonita, medida, sin lujo extremo, pero con gusto. Breve y bien lograda.
¡Bien hecho! ¡Qué noche la de anoche! México se jugó la vida por subir al podio y bajó del tercer lugar a Francia, que le empezó ganando con el gran partido del calvo Enríquez y de Édson Rivera. El equipo que eliminó a Colombia salió aplaudido por los hinchas. ¡Gran gesto!
Y en la final, el espectacular comienzo de vértigo, el golpe de Portugal, el susto de Brasil, los errores de los arqueros al regalar tres goles (y eso que fueron, de lejos, los dos mejores del campeonato), el ingreso de Dudú en Brasil, las corridas de Oliveira en Portugal, el 2-2 para el extratiempo de pulmones en la boca y calambres en el alma y el ¡GO-LA-ZO!, repito, el ¡GO-LA-ZO! de Óscar, el mejor jugador del último partido del Mundial, para el 3-2 de Brasil, para comenzar así su carnaval por el título, para terminar así nuestro carnaval del Mundial. ¡Qué noche la de anoche!
GABRIEL MELUK - EDITOR DE DEPORTES EL TIEMPO
Anoche, Bogotá despidió a nombre de todo el país, a nombre de Barranquilla, Medellín, Cali, Cartagena, Armenia, Pereira y Manizales, este jolgorio de tres semanas imborrables en nuestra historia.
Fue una noche en la que el estadio vibró orgulloso con la ceremonia de clausura, limpiecita, con perfume internacional y sabor a guayaba y arequipe; una ceremonia simple, pero bonita, medida, sin lujo extremo, pero con gusto. Breve y bien lograda.
¡Bien hecho! ¡Qué noche la de anoche! México se jugó la vida por subir al podio y bajó del tercer lugar a Francia, que le empezó ganando con el gran partido del calvo Enríquez y de Édson Rivera. El equipo que eliminó a Colombia salió aplaudido por los hinchas. ¡Gran gesto!
Y en la final, el espectacular comienzo de vértigo, el golpe de Portugal, el susto de Brasil, los errores de los arqueros al regalar tres goles (y eso que fueron, de lejos, los dos mejores del campeonato), el ingreso de Dudú en Brasil, las corridas de Oliveira en Portugal, el 2-2 para el extratiempo de pulmones en la boca y calambres en el alma y el ¡GO-LA-ZO!, repito, el ¡GO-LA-ZO! de Óscar, el mejor jugador del último partido del Mundial, para el 3-2 de Brasil, para comenzar así su carnaval por el título, para terminar así nuestro carnaval del Mundial. ¡Qué noche la de anoche!
GABRIEL MELUK - EDITOR DE DEPORTES EL TIEMPO
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